La primera etapa como escritor de José Antonio Abella giró en torno a la poesía, género literario con el que ganó varios premios de juventud:
A comienzos de los años 90 Abella se vuelca paulatinamente en la escritura en prosa de sus novelas y relatos. Sin embargo, no abandona por completo la poética, componiendo el poemario Papel mojado (1996) y continuando con los versos que acompañan a algunas de sus esculturas [veánse la edad del hierro, la edad del bronce y arquitecturas imaginarias].
En su etapa final, tras ser diagnosticado de un cáncer con muy mal pronóstico en noviembre de 2021, José Antonio Abella vuelve a la poesía de manera intensa, casi febril. (Podría afirmarse que la creación literaria actuó en su caso como un tratamiento complementario a las prescripciones médicas, ayudándole a sobrellevar la enfermedad y a ganar tiempo de vida gracias al poder terapéutico de la palabra.) De este periodo datan sus poemarios de madurez Entre dos luces, Mi casa en ruinas y Tempus Fugit, de gran inspiración y belleza.
A continuación incluimos un listado [en proceso de elaboración] con la obra poética de José Antonio Abella ordenada cronológicamente:
Poemario de juventud de José Antonio Abella, escrito con 17 años.
Recopilación de poemas de juventud (de los 16 a los 19 años), escritos entre el invierno de 1972 y la primavera de 1975.
Escrito en su etapa de estudiante de Medicina en Valladolid. Consta de 25 páginas y su autoría fue registrada ante notario el 26 de abril de 1977.
Libro de poesía autoeditado en enero de 1978 y distribuido por el propio autor.
En su madurez José Antonio Abella renegará de este poemario de juventud, que gozó de un cierto éxito entre sus lectores. (Si pudiera, quemaría todas las copias… –llegó a confesar a su mujer e hijos–.)
Poemario inédito de José Antonio Abella. Compuesto en Valladolid en 1979, está dedicado a su mujer, aunque aún no se habían casado oficialmente: «A mi mujer, con todos los que dudan en el amor, en todos los que aman en la duda». También incluye algunos poemas específicos dedicados a amistades del autor, como Emilio Zaldívar Santamaría, Salvador Gómez de Arteche y Antonio Meléndez Briones.
En total consta de sesenta poemas de arte mayor, con la exceptión del primero (octosílabo) y del trigésimo segundo y cuadragésimo segundo (heptasílabos).
Libro autoeditado en 1988, con xilografías de Emilio Zaldívar y poemas de José Antonio Abella. Está dedicado a Inés Sereno y a María Jesús Martín. Inicialmente se realizaron tres únicas copias, encuadernadas de forma artesanal. Con posterioridad se amplió el número de ejemplares a veinte, todos ellos numerados y manuscritos por José Antonio Abella.
Este libro no ha sido terminado la última noche de la primavera de mil novecientos ochenta y ocho en la biblioteca del Monasterio de Silos, aunque éste era el deseo de sus autores.
Los poemas han sido compuestos y manuscritos por José Antonio Abella.
Las xilografías fueron realizadas por Emilio Zaldívar en maderas de haya, balsa, pino y samba.
La estampación es obra de Marcelo Sáenz Guadaño y Emilio Zaldívar sobre papel super alfa "GVARRO".
Se encuadernó artesanalmente por Andrés Peñalver Pedrosa en edición única de tres ejemplares firmados por los autores.
Con el subtítulo de Veinte poemas para días de lluvia, este poemario, con ilustraciones del autor, se acabó de imprimir el 21 de diciembre de 1996. Los veinte ejemplares impresos fueron repartidos por José Antonio Abella entre sus amigos y familiares.
Vivir y respirar al mismo tiempo
es un arte difícil.
Con cuantos, esforzados pero torpes,
no logramos hacerlo con soltura,
sea leve la tierra.
El aire no lo ha sido.
Poemario inédito, dedicado a Tomás Sánchez Santiago. Consta de 80 páginas con veintidós poemas y sendas ilustraciones de José Antonio Abella.
Este poemario se terminó de escribir el 27 de marzo de 2023, festividad de san Juan de Licópolis, ermitaño del siglo IV, el más contemplativo y solitario del desierto egipcio. Vivió más de cuarenta años en una celdilla excavada con sus manos en lo alto de un roquedo, sin otra compañía que las hierbas e insectos de los que se alimentaba.
Poema inédito, escrito en abril de 2023 y dedicado a las enfermeras de oncología que atendieron a José Antonio Abella durante su tratamiento contra el cáncer. Este extenso poema se acompaña de una ilustración del autor.
Poemario inédito, terminado en mayo de 2023. Sus 76 páginas contienen veinte poemas y sendas ilustraciones del autor.
A través de sentimientos con escaso maquillaje y artificio, veinte voces femeninas nos acercan a la guerra en Ucrania con una poesía crítica y directa que toca el alma de los lectores.
Mi casa en ruinas no es solo la casa de sus protagonistas, ni tan siquiera la de un país. Es la casa de un mundo en peligro, abocado a banalidades y riesgos nunca imaginados. Si no podemos afirmar hoy con Jorge Manrique que «todo tiempo pasado fue mejor», sí podemos temer que el mundo venidero sea peor que el heredado. Mi casa en ruinas puede ser tu propia casa de piedra o de ladrillo, pero también la de tu corazón estremecido.
Último poemario de José Antonio Abella, terminado en 2024, poco tiempo antes de su fallecimiento. Consta de doce conmovedores poemas que son, en cierto modo, el testamento vital del hombre que, siendo plenamente consciente de su final inminente, mira en su interior y hace balance de su paso por la existencia.